Nada más fácil que esto, y muy vistoso. Nos hemos centrado en tazas, pero hay quien también decora platos con esta técnica (y como piedras, siempre tenemos en casa, también decoramos alguna, quedando muy bonita con la pintura marmoleada).
¿Qué necesitamos para decorar nuestras vajillas?
- Una palancana (no muy grande). Después se limpia con quitaesmaltes, pero según cuántas veces la uséis, puede quedar algún resto.
- Pintauñas (lo que tengáis por casa, o comprar algunos colores/tonalidades que queráis para las tazas)
- Tazas/plato/cuenco de loza
- Cartón/periódico para dejar después las tazas a secar
- Opcional: barniz para fijar la pintura tras el secado natural
Ponemos agua en la palancana, el nivel del agua determinará la altura que alcance la pintura (esto si el niño solo mete y saca la taza, también puede inclinarse y cubrir más superficie, nosotros lo hicimos así, ya que tampoco queríamos que entrara esmalte en la parte de dentro), poned la que consideréis.
Metemos la taza y, al quedarse una capa superficial sobre el agua (por el componente óleo que tiene el pintauñas) se «pegará» a la superficie de la taza al contacto. Podéis inclinarla si queréis que tenga más color, sea asimétrica, etc. La sacamos y la dejamos secar boca abajo (si no, se nos quedaría pegada la pintura al papel, cartón, etc).
Es mejor lavarla a mano para que no se le vaya la pintura.