Nuestra suiza favorita ya ha empezado su escuela en el bosque, como os comentábamos hace unos meses. ¡No podemos estar más contentas ante esta nueva etapa que comienza y la experiencia que va a vivir!
Es una escuela concienciada con el medio ambiente en la que el niño tiene que aprender a manejarse con el material que dispone en la naturaleza y fomentar su independencia y autonomía. Te conciencian desde pequeño de la importancia de cuidar la naturaleza. Los bosques son aulas.
En su primer día, fueron a saludar a los árboles, a darle las gracias por el oxígeno que respiramos. De camino por el bosque, iban explicando el nombre de las plantas, de los árboles, qué nos aportaba cada uno (les explicaron también el intercambio gaseoso que se produce, con lo que los niños quedaron maravillados y toman conciencia de la importancia de cuidar el medio ambiente). Todo esto en un entorno privilegiado…
Como ya os comentamos, tienen que cocinar la comida para ellos y los compañeros, y el primer día le tocó a S (por supuesto, con ayuda de la monitora). Colocó las piedras formando un círculo y con ayuda, lo dispuso todo.
Han aprendido a hacer columpios con cuerdas y palos.
Realizan pintura natural con la que practicar land art. Tienen varios proyectos a lo largo del curso, uno de ellos es hacer murales sobre las estaciones.
Lo que veis en la foto que parece un teatro, es la muñeca que les va contando qué van a hacer cada semana, y le construyen también una cabaña a la muñeca.
Les enseñan a buscar y cortar setas comestibles que luego usan para cocinar.
Tienen una zona de carpintería (siempre con supervisión), donde hacen colgantes, preparan los palos para los columpios, amuletos…
Poco a poco, van construyendo cabañas en el bosque para guarecerse de la lluvia y la nieve (conforme avance el curso).
Mensualmente, organizan una fiesta para padres, niños y monitores (habitualmente en el bosque o según el clima, en otra ubicación).
Toda una experiencia…
¡Cuánto nos hubiera gustado poder disfrutar algo así de niños! ¿verdad?